La 
          era de oro de la humanidad no ha arribado. La sectorización de 
          los avances de la ciencia se nos presentan muy difusos por la hegemonía 
          del poder económico, y la dosificación económica 
          empleada para otorgar los beneficios a la sociedad. En este sentido 
          la idea sobre el progreso, a partir de los descubrimientos en el último 
          siglo, parecería situar a la humanidad más próximo 
          a ampliar el abismo que a reducirlo.
          Observando actitudes de los artistas en épocas pasadas el romanticismo, 
          por ejemplo, se plantea un modelo diferente al que estaba naciendo: 
          la sociedad industrializada. A partir del retorno de las ideas comuneras 
          y la relación horizontal con la naturaleza. Tomando como herramientas 
          de resistencia los estados anímicos más intensos, hasta 
          el éxtasis. Apartándose de la idea de belleza como lo 
          delicado, lo armonioso, para buscar lo sublime a manera de lo inmenso. 
          Lo misterioso y oscuro. 
          En esta encrucijada histórica los artistas deciden darle la espalda 
          a las ideas racionalistas como solución de los problemas de la 
          sociedad. Théodore Gericault con su obra la " Balsa de la 
          medusa". Plantea lo heroico del sufrimiento, y que el aislamiento 
          y el ser vulnerable constituye la propiedad de la circunstancia humana.
          En Alemania Caspar David Friedrich, con su pintura "Mar Polar" 
          (1824) propone una especie de triunfo de la naturaleza sobre la aspiración 
          humana.
          En Inglaterra John Constable y William Turner son los artistas que exploran 
          la visión más radical de los románticos. Tarner 
          se ata al mascarón de proa de un bergantín para sentir 
          la furia del mar y la naturaleza.
          Seria interesante acceder a la fantasía de poder contar con una 
          maquina tele transportadora y viajar hacia el futuro, conocer el pasado, 
          así aportar a nuestro presente incierto. Y si los dioses lo permiten, 
          preguntarse si volveríamos optimistas después de semejante 
          aventura. 
          Cual seria la realidad del arte en este contexto hipertécnico. 
          Los formatos estarían todos digitalizados y cada ves más 
          alejados de la realidad orgánica o natural.
          Las experiencias criticas como las llevadas a cabo por el pintor español 
          Goya, o panteísta como las de Vincent Van Gogh que significación 
          tendría en las próximas generaciones.
          El derecho sobre el conocimiento científico y sus invenciones, 
          que despeguen a la civilización hacia un devenir, no son aún 
          una conquista, una propiedad social. La concentración del conocimiento, 
          en manos oportunistas y con mentalidad de mercader, augura de este modo 
          un futuro más frágil de lo representado.
          Esta apreciación la puedo escribir, a pesar mío, después 
          de haber sostenido durante años lo contrario. Enormes discusiones 
          y energía física, para sostener la convicción en 
          el progreso y la ciencia moderna como estandarte de la búsqueda 
          de la verdad. Mientras los investigadores creían únicamente 
          en su moral y su visión cientificista del mundo.
          Jerónimo Bosh nos adelanta, en sus magníficos cuadros, 
          los terrores construidos por la especie humana en el medioevo. Los infiernos 
          que debemos padecer a partir de la decisión de abandonar las 
          utopías de los paraísos celestiales. En busca de la construcción 
          de una entidad, que exige una determinación propia, compleja 
          pero potencial, para realizar el proyecto humano.
          Esta situación paradojal fue retratada, con esplendor, que solamente 
          los temperamentos como el Bosco pueden transmitir. La regresión 
          en esas ciudades futuristas, plenas de jardines fatales, nos ubica en 
          un descreimiento profundo del porvenir.
          Los datos de la experimentación realizada sobre poblaciones indefensas, 
          por las innovaciones tecnocientíficas, en las primeras y ultimas 
          guerras son contundentes.
          El guernica, obra maestra de Pablo Picasso, expresando el horror de 
          los bombardeos, al pequeño pueblo de España, es inobjetable. 
          
          Los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki. La obra de Anselm Kiefer, 
          sumergiéndose en los tormentos de auschwitz, y las úlceras 
          abiertas en el alma humana, en este nuevo contexto cultural. Mientras 
          Juanito Laguna mira, extraviado en el medio de una ruta desierta, el 
          orbitar del sputnik, cohete ruso, también perdido, que despertaría 
          la esperanza en un sector de la sociedad. Confiando que esta ves si 
          se iba a transferir al mundo otra actitud otra relación desde 
          lo tecno científico. Demostrado que no basta una orientación 
          política, ante la complejidad de intereses, para arribar al objetivo 
          de una comunidad planetaria beneficiándose de sus distintos desarrollos 
          teóricos. 
          León Ferrari realiza su trabajo " la civilización 
          occidental y cristiana " denunciando los bombardeos en Vietnam, 
          con los últimos adelantos de la ciencia puesta al servicio de 
          la maquinaria bélica más poderosa del mundo. 
          Ya los libros de ciencia-ficción nos habían introducido 
          en un sinnúmero de escritos, que nos entregaban páginas 
          muy bellas, de ese destino no muy merecedor de conocer.
          Noé y sus pinturas sobre la dictadura militar en los 70.
          Los muralistas mexicanos, y en especial Diego Rivera, plantearon la 
          esperanza en la ciencia para alcanzar la utopía del cambio universal.
          Seria bueno repasar los conceptos del modernismo en cuanto la idea de 
          que de la mano de la ciencia el progreso seria una constante.
          Es indudable que la ciencia y la tecnología han traído 
          progresos en un sinnúmero de áreas para su avance, explicando 
          su pasaje al mostrador y las góndolas, y la sociedad.
          Los ejemplos en las áreas de comunicación, biotecnología, 
          entre otras, son contundentes.
          Hoy todos estamos interconectados, formando a partir de este dato, una 
          sociedad globalizada. Pero seria interesante recordar lo sucedido a 
          mediados del siglo pasado en Inglaterra con las innovaciones técnicas 
          y su impacto en el ámbito cultural y social.
          Cientos de miles de trabajadores quedaron excluidos de su trabajo al 
          generarse la transformación en los nuevos medios de producción. 
          La nueva cultura trajo beneficios a los dueños de las novedosas 
          herramientas, pero desocupación y miseria a los trabajadores.
          Un proceso similar sé esta viviendo en esta etapa de la civilización, 
          con grandes masas de trabajadores en la calle, la concentración 
          de los medio técnicos en una elite y la alienación en 
          la sociedad. 
          Esta contradicción entre ciencia y progreso se dio en el marco 
          del romanticismo en Europa. Las ideas del positivismo alentaron la posibilidad 
          de una sociedad feliz en un futuro cercano, dando por el contrario concentración 
          de poder a partir de generar profundas diferencias económicas 
          y como tal, culturales.
          Creo que ser muy optimista, en estas circunstancias, del abuso de los 
          medios electrónicos es ingenuo. Conformar una sociedad en libertad 
          y democracia real no alcanza, solamente, con mas ciencia y técnica.
          En ese sentido los aportes del arte y otras disciplinas afines, a mi 
          entender, contribuirán a mejorar las relaciones humanas y no 
          a quemar las naves antes de arribar a puerto.